viernes, 19 de diciembre de 2008

End of the year

Como cada año, ya como una tradición, hacemos repaso de lo vivido durante los 365 días pasados. Nos sentamos, al abrigo de los villancicos, los buenos deseos y las copas.., sobre todo las copas ¡qué le vamos a hacer!, y comenzamos un viaje al primer día del año que termina, en algunos casos con más ganas de olvidarlos que de mantenerlos en la memoria, para ponerle la debida etiqueta. Son de esos días tontos que te da por pensar y hacer balance, ¡fíjate tú que ganas de analizar!, y terminas por etiquetar lo que no necesita etiquetas o no se las pueden poner.

Si a grandes rasgos el año ha tenido más cosas buenas que malas le damos un “vale, no nos podemos quejar” y esperamos que el que entra sea, por lo menos, como el que se fue. A veces nos conformamos con poquito no sea que la ventura nos de la espalda para el año nuevo en cuestión. Si ha sido al revés y le otorgamos un “vaya un año de mierda a ver si termina de una puta vez”, esperamos que no se repita y se lo deseamos a nuestro indeseable más cercano. Nuestras buenas intenciones no se apagan ni en Navidad. Claro que también queda el año magnífico donde nos ha tocado la lotería, nos han subido el sueldo, hemos encontrado al amor de nuestras vidas, nos hemos librado por los pelos de un accidente o hemos sido padres o madres por acción directa de la naturaleza. Es decir, un año mágico donde todo lo bueno que podía ocurrir, ocurrió y todo lo malo que nos podía pasar, pasó sin hacer ruido. No hay que ser Séneca para darse cuenta que este tipo de años se prodigan con poca gente aunque, que nadie se equivoque, el año es el mismo para todos, como tú lo quieras vivir hará de él algo digno de recordar o de olvidar.

Pero sea el año que termina bueno, malo o regular, lo que sí deseamos es que el siguiente sea mejor. Los brindis con cava los hacemos para mejorar y, no solamente eso, sino para erradicar todas las malas energías de nuestro alrededor que, en un alarde de estupidez, creemos que son las responsables de nuestro males, cuando los únicos responsables somos nosotros y las energías que seamos capaces de irradiar. Pero claro, antes darle una colleja al otro antes que asumir lo que nos corresponde en la parte de las miserias. Las glorias ya nos las quedamos enteras.

Así que hoy tengo uno de esos días tontos que te da por pensar y me he sentado con un café, las copas ya me las tomé ayer, con Puccini, de los villancicos paso y he estado analizando este 2008 que ya “anda y que le den” en breve. Empezó siendo un Annus Horribilis y termina siendo un Annus Magníficus. Comenzó con varias patadas directas al hígado y a otros órganos vitales y acaba rehabilitándome hasta de mí misma. Se inició sin ganas de escribir ni mi nombre y al final se está montando una obra de teatro. Empezó con pérdidas emocionales.., bueno, no se puede perder lo que nunca se tuvo, y termina con ganancias en el corazón. Ha tenido de todo como en botica y si tuviera que ponerle una etiqueta sería algo así como “regular tirando a feo con final bello tonalidad chanquete”. Nada absoluto.

Pero, como siempre, lo mejor de este año ha sido mi gente, la que me quiere y a la que quiero, la que ha estado y con la que he estado, la que no se ha ido, la que se ha quedado. Ficus, ¡que decir!, es mi hermana. Tantos años cerca que no entendería mi vida sin sus rizos y sus cáctus, bonita me tiene las manos de tanto trasplantar, plantar y colocar. Mirja, mi alemana favorita, mi capricornio del alma, mis grandes conversaciones en inglés, mi amor por su amor a Ficus. La pequeña inmundicia, Raúl, un preciado y precioso regalo que nunca me cansaré de agradecer al universo dejarme ser su amiga. Le amo, punto y tengo ganas de que haga ese “Dulce de Leche” que ya estoy rescribiendo y que esta vez, te lo juro, ni los piojos van a poder con él. A Momo, Patri, una flor delicada, un corazón enorme, mi niña, mi cosa, mi amiga. La actriz que espero haga esos “Crótalos” cuando venga de Irlanda. Ganitas de ver tu magia. Babu, Marta, mi pequeñuca, el pequeño bichito, mi baby querida, mi Ley de la Atracción y mis conversaciones sobre ese equilibrio cósmico que siempre nos da en plena cara. A mi clan, mi manada, mi familia siciliana, mis amigas, por las que daría cualquier cosa y de las que estoy orgullosa y agradecida de que estén cerca. Es un lujo que te quieran y una suerte quererlas. Raka, Celia, Rocío, Lisa, Lu, Gaby y Eva. Eduardo y Nuria, mis actores de “los Viernes” y que han terminado siendo amigos y confidentes. Seres llenos de talento que me dejan poner en sus labios tanta palabra rara. Al final, me dan la mano para que no me pierda entre tanto vericueto del teatro. Mis colegas y compañer@s de comunicación, que siempre han estado ahí y que tiran de mí para que no deje este sector social del que he salido tan desencantada como horrorizada. Carmen Jiménez, Chelo, Roberto, Ester, Fermin, Alberto y Elvira. Se nota el compañerismo, la profesionalidad y la calidad humana. Y a las últimas sorpresas del año, las que han aparecido al final de la jornada, a Pipi, Silvia (esa zorrilla trasto con la que es un placer montar pollos), Jose, Javi, Ana, Au, Paz, Lola, Mj, Pilar, Victoria y Natalia quizás son las inesperadas bandas que ornamentan un año que, como se puede ver, ha sido mucho mejor de lo esperado.

Todos ellos han estado en los buenos momentos, eso es fácil, pero en los malos también. Solo deseo que el año que viene sigan estando, ya me encargaré yo de que no se vayan, y que no dejen de tejer ese encaje de vivencias que sirve para valorar el que viene con una sonrisa en los labios. Los años, el tiempo que vivimos, son la gente con la que compartimos, las cosas que programamos, los “quereres” que regalamos y la salud que no perdemos. Los años son amor y si hay mucho amor, los años siempre son buenos. Este año termina con “gloria in excelsis deo”, mucho más de lo esperado. Os quiero.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Manual de instrucciones para el disfrute de la pequeña inmundicia I

Todo aparato que se precie viene con su manual de instrucciones, además en distintos idiomas. La pequeña inmundita, también. En los anteriores manuales se daba debida cuenta de la manera y forma de acercarse a esta especie única, en peligro de extinción, para poder disfrutar de su aparato del regocijo. Pero esta vez vamos a aumentar las posibilidades de toque y posesión para ampliar horizontes en el duro invierno de la criatura.

La inmundicia anida entre dos espacios naturales apartados el uno del otro por apenas medio kilómetro de distancia. Ninguno de los dos hábitats forman el ecosistema propio de este raro animal nocturno sino que se complementan para el oportuno apareamiento del animalito. El primero, conocido como El Rincón, ofrece a esta especie el lugar ideal para el precalentamiento hormonal. Entre cervezas de bajo coste, charlas interminables con animalitos de especies similares y partidas de parchís, pasa la inmundicia la primera parte de su noche cazadora. Tranquilo, sereno (hasta la octava cerveza, claro), esta especie prepara su plumaje para la demostración final de testosterona’s show. No es conveniente, por tanto, intimidar al animal en estas circunstancias. Sus hormonas no están listas para el duro trabajo nocturno y su plumaje se encuentra escondido en un proceso de auto lavado que concluye bien entrada la noche.

Si alguien tuviera la desafortunada ocurrencia de intentar acercarse a la inmundicia dentro de su primer hábitat, debe de tener en cuenta una serie de normas de obligado cumplimiento. Sin embargo, si puede evitar las maniobras de apareamiento en esta primera estancia del animal, ganaría posibilidades de cara a la consecución del fin último que no es otro que el apareamiento feliz entre distintas especies. Es mejor, por tanto, esperar a que la pequeña inmundicia haga su ingreso en el segundo de sus hábitats naturales: El Fula.

Pero, si aún así, los deseos de internarse en el maravilloso mundo de la especie no pueden esperar a llegar al segundo de sus territorios, lo más conveniente es hacer lo siguiente. No pedir fuego desde la puerta porque la inmundicia sospecha de esta maniobra y evita cualquier contacto visual con el sujeto. No pedirle el cigarro al lado de la silla y, mucho menos, dejar un rastro viscoso hasta su sitio porque el animal tiende a desplegar sus alas en forma de escudo y fustiga con el amargo látigo de su desden. Por supuesto ninguna turra a los acompañantes (normalmente soy yo) porque terminan por mandarte a jiñar al pardo y se pierde cualquier posibilidad de acercamiento. Si le quieres invitar a una cerveza, que sea a él y a toda la compaña porque, de otra manera, habrá concilio en contra tuya y eso sería muy negativo para tus intereses. En la mesa de la inmundicia bebemos todos.

En este primer capítulo hemos analizado la especie, sus hábitats y lo que no se debe de hacer para captar la atención en una frase temprana. En el segundo estudiaremos con mayor profundidad, todas las posibilidades de apareamiento de la especie y como conseguir el uso y disfrute de su aparato del regocijo.

Continuará….

sábado, 29 de noviembre de 2008

GNOSEOLOGÍA DEL ODIO

Dice la Real Academia que la palabra odio significa “Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea”, es decir, que cuando odiamos llevamos implícito el deseo de que algo malo ocurra, léase una catástrofe, un accidente, una enfermedad, envenenamiento, la muerte…, algo que nos consuele del sentimiento que nos produce esa persona y que no podemos controlar. Pero, al margen de la definición, ¿qué es el odio? ¿Por qué se produce? ¿Para que sirve?

Investigadores del Laboratorio de Neurobiología del University Collage de Londres han hecho bueno ese refrán tan castellano que dice que “del amor al odio solo hay un paso”. Resulta que ambos sentimientos comparten las mismas estructuras cerebrales, esto es, que las partes del cerebro que se activan cuando amas y cuando odias son las mismas. Las partes en cuestión son el putamen (sin comentarios) situado en el núcleo profundo del cerebro, y la ínsula situada en la parte lateral exterior que son, según los investigadores, las áreas que se activan en el amor romántico. Resumiendo, que la ciencia viene a probar lo que la sabiduría popular ya conocía en base a la observación: que no odia sino quien ha amado o ama. Por lo tanto, el odio es un sentimiento humano que comparte cama con el amor. Pero, ¿de donde viene?

Desde mi humilde opinión el odio se genera en el miedo y la frustración. Miedo a lo desconocido, lo extraño, lo diferente y frustración por no conseguir lo que se desea, por no tener lo que se quiere o por no compartir lo que se necesita. Xenofobia, racismo, homofobia, machismo, odio al facha, al rojo.., odio al diferente, al que no piensa ni actúa como actuamos nosotros. La historia de la humanidad está llena de episodios de odio, de barbarie. Cuando el odio sale del ámbito del pensamiento termina por concretarse en guerras, genocidios, terrorismos… el mismo sentimiento que nos hace humanos es el que nos convierte en monstruos. Son odios dirigidos a quien no se conoce pero se sabe de su existencia, son odios que se retroalimentan con los odios de tus iguales y que forman masas críticas que mueven el sentimiento hacia el crimen y las cruzadas por la pureza de raza, de religión o de ideología. Es el odio masivo, el que nos hace vociferar y agredir al distinto en manada… pero y ¿el odio personal? ¿Aquel que se dirige de manera individual hacia una sola persona?

Ese odio es el más bajo y rastrero de los sentimientos pero el más humano a la vez. Es el provocado por la impotencia, la debilidad y la frustración. El que no permite la razón, ni el olvido…, es aquel que, a la mínima, salta de su guarida para mostrar su fea cara y perjudicar sin motivo. Es, en definitiva, aquel que se aferra a un pasado que ya no tiene peso ni memoria. Muchos escritores han pensado acerca del odio. Víctor Hugo decía que “cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga”; Herman Hesse tenía claro que “cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros”; Graham Green llegó a escribir que “el odio no es más que la carencia de imaginación” y Bernard Shaw que “el odio es la venganza de un cobarde intimidado”. Pero yo me quedo con dos personajes, uno fue objeto de odio y el otro un escritor español célebre por su sentido del humor. Martin Luther King dijo: “Nada que un hombre haga lo envilece más que el permitirse caer tan bajo como para odiar a alguien” y Noel Clarasó: “Odiar es un despilfarro del corazón, y el corazón es nuestro mayor tesoro”.

Yo procuró no odiar a nadie porque odiar es un sentimiento que destruye a quien lo siente no a quien va dirigido. No deseo mal a nadie, ni que le envenenen con cicuta, belladona o cianuro. No quiero que contraigan una enfermedad mortal o que se quede en una silla de ruedas o que permanezca en coma por un accidente de coche, de moto, de alpinismo o de natación. No me merece la pena pensar que alguien vaya en un avión y que se estrelle o que muera por una indigestión de ostras. No disfruto con el mal ajeno porque no creo que nadie sea tan perverso como para merecer todos esos males. No odio, pero se que me odian. Eso no se puede evitar.

Para quien corresponda: De salud, bien. De amigos, magistral. De curro, feliz y de amores, tranquila. La familia, bien gracias y de proyectos repleta. Me “amontono” con algunas cosillas, pero me doy diez minutos y se colocan en su sitio. El último tramo de este Annus Horribilis está siendo muy bueno, ha ido limpiando toda la mierda que trajo al inicio. Ya no hay dudas, ni rencores, ni telarañas en el techo. El pasado ya no importa y las personas que lo tejieron, tampoco. No hay olvido pero no hay memoria. No hay odio. Nunca lo hubo. Esta BICHA, bicho no porque era cariñoso y lleno de ternura, no se va a morir con unas dosis de cianuro. Pero llegará el momento en que desaparezca y espero que eso le haga muy feliz a quien corresponda.

Es de las pocas veces que escribo que no me sale el sentido del humor en cada párrafo. Es lo que tiene el odio. Que no hace ni puta gracia.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

¿Más de lo mismo?

Al final es casi siempre lo mismo, la repetición de tantas historias, la coda de tantas melodías. Al final y a la postre es solo otro tramo, una etapa más del camino, apenas un espacio de distancia entre dos ilusiones que construyeron un sueño. Es como el dilúculo de la noche, el crepúsculo de la luna, el espacio donde se paran las palabras y echan a andar los hechos. Es lo mismo. La misma canción, la misma sigla final, la misma mirada que te acerca, es la misma que te separa…, es lo mismo, no hay nada excepcional…

Casi podría ser un fraude, un engaño de los sentidos…, podría ser un uso indebido de la sonrisa o un abuso inconsciente de las caricias. Podría ser el sempiterno canto de sirenas o una frase adecuada para la ocasión. Podría ser energía universal, chakras en desbandada o sabiduría adulterada con puerilidad. Podría ser cualquier cosa, incluso un proyecto de sentimientos con vocación de eternidad, un cuento de hadas con final de colores o un arpegio en menor con un ligero toque de sal. Pero no, no es nada de eso, ni de aquello. Es algo más prosaico, más tangible, menos etéreo. Es necesidad. Algo que es fácil disfrazar y difícil de descubrir.

Algo por lo que seríamos capaces de escribir el más bello verso o la más bella melodía. De encontrar besos en bocas ajenas cuando no estaba en ellas lo que buscábamos, de elevar altares a un ensueño, a una quimera hecha de medias mentiras y falsas verdades… Es algo por lo que no cuesta creer en lo improbable y terminas maldiciendo lo imposible. La necesidad solo es necesidad. Aunque sea de ti o de mí, solo es necesidad. Y se cura con la distancia, con el olvido, con el esfuerzo de volver a poner en marcha el magín sin dejarse llevar por ese órgano invisible que nadie sabe ya donde ubicarlo.

Porque al final, como siempre, es todo lo mismo. Las mismas lagrimas en distintos rostros, las mismas palabras en distintas bocas, las mismas miradas en distintos ojos… Es lo mismo, todo se repite, como las seis etapas de la noche hasta que llega la madrugada de otro día que también tendrá otras seis etapas en su noche. Igual. Como igual es la sensación de que esta vez va a ser distinto para terminar reconociendo que no es así, que se ha repetido. Y vuelta a empezar. Vuelta a enjugar otras lágrimas, a crear más palabras, a regalar mil miradas, vuelta a empezar porque a todos nos llega la necesidad de pensar, de creer que esta vez, solo por esta vez, no va a ser más de lo mismo.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Lo que todo el mundo

Casi siempre he ido haciendo lo que hacía todo el mundo. ¿Qué hay crisis? Yo en crisis. ¿Qué hay paro? Yo en paro. ¿Qué hay separaciones? A mí me deja la novia. Nunca me he salido de la norma. Siempre he votado al partido ganador, he sido fans del actor de moda, me han gustado las pelis de oscar y siempre ha ganado mi equipo campeón. Siempre he estado donde se debe de estar. Ni un metro más allá, ni un metro más acá.

Pero ahora no. Ahora quiero ser rebelde e ir contracorriente. No me apetece ser parte del rebaño.., ya lo dice el refrán, “si Dios no quisiera trasquilados no hubiera creado ovejas”. No me apetece ser oveja, ir todo el día juntas, sin otra cosa más que rumiar, sin personalidad y acabar trasquilado. Quiero ser algo más. Hablar en alto, responderle al jefe.., ¡sí eso!, quiero responderle al jefe. Decirle que es un mediocre y un inútil medrador. Que si no fuera por la cantidad de veces que ha puesto el culo, no estaría donde está. Que yo merezco más su puesto sin poner el culo que él poniéndolo, que no pondría el culo para tener su puesto…, que no es necesario.., bueno igual para una persona como él sí, pero no para mí. Porque poner el culo es algo serio y…, doloroso… NO, no, de poner el culo nada que luego lo pones una vez y lo pones siempre y, claro, añadir al tu curriculum esa habilidad no te abriría ninguna puerta, ¿o sí?... Licenciado en Gestión y Dirección de Empresas, Master en Contabilidad empresarial. Inglés y francés. Pone el culo… no, no… desde luego que no, más que un curriculum parece un breve de contactos. Nadie se tomaría en serio este curriculum, además, no hay anuncio de empleo que solicite persona que ponga el culo. No explícitamente. De una manera delicada, implícita, igual sí. Pero de esa manera, a las bravas, ahí diciendo con todas las letras “y que ponga el culo”. No.

Pueden poner: “Se necesita Jefe de contabilidad, que se haga cargo de las cuentas de la empresa, nóminas, proveedores, bancos, infraestructura de la oficina, declaraciones de hacienda, IVA, archivos de documentos, provisiones, encargos de dirección, declaración de la renta del jefe y atención telefónica. Horario de 9 a 2 y de 4 hasta que se termine la jornada. 18.000€ brutos año en 12 pagas prorrateadas… Es decir, que ponga el culo… ¡Y está lleno de aspirantes! No es que haya llamado, ¡que va! No, porque yo no pongo el culo. Es curiosidad. Simple curiosidad. Para ver hasta donde es capaz la gente de venderse por un curro de mierda. Sobre todo para saber cual de todos ellos va a ser mi futuro jefe. En esta vida hay que estar precavidos, saber quien te va a dar por el culo porque sabe como ponerlo, es una ventaja que hay que saber utilizar.

Si a mí jefe le digo que está ahí porque ha puesto el culo el me responderá que a mi me ha dejado la novia. Y es cierto, me ha dejado. Pero no porque haya puesto el culo. No no. Porque estaba de moda. Una moda como otra cualquiera. Como la de los pantalones caídos, los vaqueros rotos o los calcetines blancos. Bueno, esa no era una moda. No era más que una ordinariez… por eso me dejó. Lo llevábamos bien, nos queríamos, hablábamos de casarnos y fundar una familia tradicional… Si si, como esas que dice el monseñor este que es tan simpático. Rouco creo que se llama… Una familia de hombre y mujer, de paso obligado por la vicaría y con el convite de chaqué. Como mandan las normas y la santa madre iglesia. Pero vino la moda y me dejó. Me dijo. Mira amor, somos tradicionales pero aburridos, no estamos en la onda. Ahora se lleva las separaciones civilizadas así que mejor nos separamos. No montes un espectáculo, seremos amigos y te mando tu ropa con mi hermano. Dame las llaves de casa. Me dio un beso y me dejó. Pero sin poner el culo, ¿eh? Que me devolvió toda mi ropa…, hasta el último de mis calcetines. Nada mío se quedó en nuestra casa. Vamos, ni un alfiler. ¡Hasta ahí podríamos llegar!

Hay que tener muy claro que en esta vida no se puede poner el culo. Hay que saber mantenerse en su sitio, hay que hacerse respetar. ¿Qué pensaría la gente si hubiera dejado mi ropa en la casa que compré para cuando nos casáramos? Que era un calzonazos. ¿Qué pensaría la gente si no le dijera al jefe que ponía el culo? Que yo era otro igual, otro lameculos medrador. Que con tal de mantener un trabajo de mierda era capaz de cualquier cosa. ¡No señor! Yo no soy una oveja que hace lo que le mandan y se calla. ¡No! Yo soy un rebelde con causa y efecto. Yo no he dejado ni un calcetín en nuestra casa y la próxima vez que me diga que soy un inútil, que solo valgo para hacer café y hasta eso lo hago mal, le diré que el es jefe porque ha puesto el culo. ¡Si señor! ¡Eso es lo que haré!

lunes, 29 de septiembre de 2008

De la vida de las Marionetas. Estreno 9 de octubre. Réplika Teatro



Pues eso. En breve disfrutaremos de Bergman en Madrid, con un formidable elenco de actores. Habrá que ir

sábado, 30 de agosto de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO III (final)

VOZ.- Por favor, que pase el número 13

ELLA.- Es el mío. Bueno cariño, ha sido divertido encontrarte. Reconozco que me haces reír.

EL.- Ya, nos volveremos a ver ¿no?

ELLA.- Es posible, algún viernes nos volverá a unir

(Ella sale de escena) El saca unos papeles, que es el guión de la obra, y empieza a mirarlos

EL.- Oye, vuelve a entrar. Este final no me queda claro

(Ella entra de nuevo con su guión en la mano)

ELLA.- Es que no ha terminado, es solo el final del tercer acto

EL.- Pues esto hay que darle un final

(Se sientan en el borde del escenario cara al público con los guiones en la mano)

ELLA.- Veamos. Si les damos otro viernes y dejamos un happy end ¿te molaría?

EL.- Nada, me parece previsible.., no engancharía

ELLA.- Bueno, pues les dejamos que se separen y punto

EL.- Tampoco me gusta. Si dejamos que se separen entonces damos por supuesto que no se van a volver a ver y eso tampoco.

ELLA.- Por qué

EL.- Pues porque tienen muchas cosas que solucionar y solo lo podrían hacer juntos

ELLA.- Pero juntos no pueden estar

EL.- Pero tampoco separados y es más la necesidad de verse que de escaparse.

ELLA.- Vale, supongamos que les dejamos sus viernes raros. Con esos viernes solo perpetuaríamos la relación pero no tendríamos la solución.

EL.- Bueno, pues matamos a uno de ellos y ya. Con la ausencia definitiva se da uno cuenta de lo que ha perdido y da valor a aquellos tiempos y palabras.

ELLA.- Y ¿A quien matamos?

EL.- Lo lógico sería a él por los viernes de suicidio pero para sorprender sería a ella.

ELLA.- NO estoy de acuerdo. Eran viernes de suicidio porque todos estaban prevenidos pero ¿y si no lo están?

EL.- El quiere vivir

ELLA.- Pero no sin ella

EL.- Si ella se va él se muere

ELLA.- El se suicida un viernes.

EL.- No, un viernes no. Los viernes son sagrados

ELLA.- Vale. Que se suicide un jueves

EL.- Justo a última hora cuando sabe que va a ser viernes y que ella no va a estar.

ELLA.- Te lo compro. ¿Cómo se suicida?

EL.- Con una sobredosis de ajos

ELLA.- Que elegante y cuanto glamour

(Se levantan y van hacia el decorado)

EL.- ¿Ves? Al final triunfa el amor

ELLA.- No, al final lo que triunfa es la incomunicación.


APLAUSOS Y FIN

jueves, 7 de agosto de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO III (continuación y 4)

EL.- Ayer te levantaste, como todos los días entre las 10 y las 10 y media. No muy pronto, pero no muy tarde. Lo justo para evadirte de los desayunos familiares, esos que se sirven con los buenos días de tu marido y tus hijas, los “llego tarde a la clínica”, “me llevas al cole papá” o “me van a sacar a la pizarra y no se que me voy a poner”.

ELLA.- Muy listo, pero si hemos convivido ya sabrás a que hora me levanto.

EL.- Conmigo trabajabas.

ELLA.- Contigo era todo una maldición bíblica.

EL.- Después de desayunar tus antioxidantes en forma de fruta y vitaminas, te has dado una ducha, has mirado tu guardarropa, has pensado que te falta fondo de armario y has llamado a tu salón para pedir cita. Necesitabas un masaje, peluquería y pedicura y, por supuesto, una limpieza de cara.

ELLA.- Muy listo. Las mujeres es lo que hacemos, cuidarnos. No como vosotros que andáis de rastrojos…, bueno, tú andas de rastrojos

EL.- De momento no me equivoco. Sigamos. Después de ir a revocarte la fachada te has ido de comprar pero, claro, como esto de ser feliz (hace comillas) con las cosas sencillas se tiene que mostrar al mundo, has quedado con Ana para que te ayudara a elegir modelitos. Es lo que tiene, si no puedes demostrar que eres feliz, pues como que no vale. ¡Ah! Y de paso os habéis ido a comer juntas. Algo sano, de autor, poquita cosa no sea que se acumulen las cartucheras con inquilinos indeseados.

ELLA.- Con Marisa

EL.- ¿Qué?

ELLA.- Que no fui con Ana, me fui con Marisa. Pero lo la conoces

EL.- Ana, Marisa, lo mismo da. Es una testigo presencial de tu felicidad y eso es lo que importa. Lo que no se conoce es como si no existiera… Déjame pensar de qué hablasteis durante la comida… Por supuesto de que este fin de semana te vas con Antonio y las niñas al chalet para respirar aire puro y huir del mundanal ruido. De paso es posible que programaras una barbacoa con los otros matrimonios o, en su defecto, que elaborarais un maquiavélico plan para convencer a vuestros respectivos de que irse de viaje al extranjero, en época de poco turismo, es una idea genial para conocer otras cultural y ampliar horizontes.

ELLA.- Mira casi, con la salvedad de que estuvimos hablando de la enfermedad del hijo de la chica que trabaja en casa de Marisa y de la posibilidad de que le trate un colega de Antonio sin que le cueste un duro. Ya ves, es lo que tiene la felicidad de las comidas de autor con las amigas superficiales, que pueden ayudar a salvar vidas. ¿De lo del viaje? A medias hermano. Sí que hablamos de un viaje pero era para que Marisa y su marido puedan adoptar en el extranjero…

EL.- ¿Qué pasa? ¿Qué aquí no pueden adoptar?

ELLA.- Es mucho más complicado…

EL.- No, no es mucho más complicado. Lo que ocurre que aquí los niños que pueden ser adoptados son más mayores, algunos hasta conflictivos y, de momento, no son tiernos babys chinitos de los que puedas fardar de magna solidaridad. No encaja en vuestro estilo de vida. Queda bien una niña tibetana pero muy mal uno de Entrevías que ya ha hecho la calle.

ELLA.- ¡Tu que sabrás de adopciones! Si no has sido capaz ni de adoptarte a ti mismo

EL.- Es lo bueno que tienes, que eres cum laude en el tema… Da lo mismo cariño, sea la conversación que sea o el viaje que hagas, eres la misma persona. Lo único que ha cambiado es que, a día de hoy, no tienes tus viernes.

ELLA.- Tampoco los tienes tú y no pienso que no hayas cambiado. Antes eras un imbécil y ahora eres lo siguiente. Has cambiado. Antes tenías una razón semanal para darle sentido a tu vida y ahora se te ha escapado el calendario por la bragueta… antes vendías sondas para distintos agujeros del cuerpo y ahora…, ¿Qué vendes?

EL.- Parejas

ELLA.- ¿Perdona?

EL.- Parejas, trabajo en una web para buscar parejas. Veo los rasgos de cada una y voy cerrando citas. Parejas, amor…

ELLA.- (Soltando una carcajada) ¡Madre! ¡Madre! No quisiera saber los desaguisados que habrás montado… Parejas, vendes parejas. NO eres capaz de tener una y ¿haces que otras se unan? Pero bueno lo tuyo es de comedia barata… y ¿a quien has unido? ¿A un nazi con una lesbiana? ¿A un banquero con una de Save The Children? (sigue riéndose) me puedo imaginar el futuro de esas parejas sí han pasado por tu mano. Espero que tengas acciones en lo de divorcio Express porque es ahí donde está tu negocio… Parejas…, lo que hay que oir… ¿Y no te has buscado una para ti?

EL.- (indignado) Pues no…

ELLA.- Porque no hay

(Ella llora de risa y silencio. Se oye una voz por megafonía)

domingo, 3 de agosto de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO III (continuación y 3)

ELLA.- Ya salió el místico y su magia. Magia, magia, magia…, ¿qué es la magia? Un truco, un simple truco para difuminarnos la realidad, lo verdaderamente importante.

EL.- ¿Y que es lo verdaderamente importante? ¿Una liposucción? ¿Las tierras de tu familia? ¿Una adecuada posición social acorde con los dos quilómetros de apellidos de tu marido?

ELLA.- Lo verdaderamente importante es lo que te hace feliz

EL.- ¿Y a ti? ¿Qué te hace feliz?

ELLA.- (Tomándose su tiempo) Pues las cosas sencillas

EL.- Déjame pensar… ¿Quizás ser consciente que no tienes arrugas ni en la falda? O, mejor aún, que has sido capaz de erradicar tus fantasías sexuales con Carmen la de Mairena…

ELLA.- Eres un cínico y un imbécil…, piensas que solo me hace feliz lo superficial porque piensas que soy superficial. Yo pienso que solo te preocupa lo que me preocupe porque no tienes nada en que preocuparte… y nada te hace feliz.

EL.- A mí me hacen feliz muchas cosas…

ELLA.- Claro, los viernes de suicidio, atiborrarte a pastillas y pensar que tus actos nos solucionan la vida…, o mejor, dejando tú trabajo para perseguir un sueño absurdo… a ti te hace feliz llevar al límite a los demás, ver hasta donde pueden llegar y pensar que eres el hacedor de sus felicidades. ¡Y no eres feliz porque nada de lo que haces conlleva la felicidad!

(Silencio)

EL.- Veo que no has cambiado

ELLA.- Eso es lo que te gustaría, que fuera la misma persona

EL.- Eres la misma persona

ELLA.- ¡Ja!

EL.- Te lo voy a demostrar… ¿Qué hiciste ayer?

ELLA.- ¡Que tendrá que ver lo que hice ayer!

EL.- ¿Quieres que te lo diga yo?

ELLA.- Lo tuyo es increíble. Pero veamos hasta donde crees conocerme, hasta donde llega tu ignorancia.

jueves, 31 de julio de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO III (Continuación y 2)

ELLA.- ¿Ya empezamos?

EL.- Nada más lejos de mi intención… Retomemos cariño nuestra conversación antes de las dagas… ¿Te parece?

ELLA.- Me parece… ¿Y bien?

EL.- Y bien ¿Qué?

ELLA.- ¿Qué que tal estás? ¿Qué que haces? ¿Cómo te va la vida? Ya sabes, esas cosas que se dice la gente que se quiere cuando lleva tiempo sin verse

EL.- Bueno, estoy razonablemente bien. No me quejo. Tengo una vida que me gusta, los sobresaltos justos…

ELLA.- ¿Y de amores?

EL.- Razonablemente bien…

ELLA.- (Con sarcasmo) Pues que razonable que es todo, ¿no? Me alegro mucho de que todo sea tan razonable, imagino que estarás aquí por un motivo razonable…

EL.- Muy razonable

ELLA.- Por los viernes

EL.- Los viernes nunca han sido muy razonables

ELLA.- Lo que demuestra que no estás aquí por los viernes

EL.- NO querrás saber por qué estoy aquí, ¿verdad?

ELLA.- (Con desdén) No especialmente, es por conversar sobre algo

EL.- Bueno, si es por eso podemos hablar de lo que quieras.., de ti por ejemplo.

ELLA.- Sería una conversación breve.

EL.- Prueba

ELLA.- (Suspirando de pereza) Ya te he dicho que mi vida es tranquila, no me altero, veo crecer a mis hijas, con mi matrimonio… Disfruto con lo que tengo, ya sabes, esas pequeñas cosas que te hacen no ser desgraciada…

EL.- Si, me hago una idea. La ropa de marca, el pack completo con liposucción, los viajes extravagantes, las fiestas de postín, la caridad de galería, los fines de semana en la aldea y las cenas de los jueves con lo más granado de la medicina y la política. Eso es previsible. ¿Alguna cosa más que sea interesante?

ELLA.- (Comenzando a estar furiosa) ¿No se que cosa puede ser para ti interesante?

EL.- No se algo como que te hayas apuntado a una escuela de arte dramático o colabores con una ONG de estas que no evaden fondos… ¡Que se yo! Algo fuera de lo normal.

ELLA.- Pues tendrás que definir normal

EL.- Todo aquello que no es previsible

ELLA.- ¿Estudiar arte dramático no es algo normal?

EL.- (Se queda pensando) ¿En ti? No

ELLA.- (Entre irónica y enfadada) ¿Perdona? ¿Y me puedes decir por qué no es normal en mí estudiar arte dramático?

EL.- Pues porque es como decirle a un muerto que estudie para ser muerto. Ya está muerto, no hace falta que estudie para serlo.

ELLA.- ¡Se acabó! No consiento que me insultes, no te voy a permitir que me digas esas barbaridades. ¿Quién te has creído que eres? Tú que nada de lo que has hecho en esta vida ha tenido ni el más mínimo atisbo de éxito. Tú, que por una vez que me tuviste a tu lado no se te ocurrió otra cosa que dejar el trabajo para ser un inútil de salón. Tú que eres un pedazo de pesadilla despierta ¿te crees con el derecho a censurar mi vida?

EL.- No te alteres querida, solo te he dicho que tu vida es previsible. Y tener una vida previsible no es malo, millones de personas buscan ese tipo de existencia y tú la tienes. Eres afortunada.., además, es tan previsible y deseable tu vida que por no tener no tienes ni los viernes de suicidio.

ELLA.- ¿Y te crees que los necesito?

EL.- Dime si no por qué estás aquí…

ELLA.- De las cuarenta y nueve cosas que no te importan, esta es una de ellas.

EL.- Por los viernes

ELLA.- Eso te gustaría a ti, que estuviera aquí por los viernes.

EL.- Por lo menos te quedaría algo de magia

sábado, 19 de julio de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO III

Sala de espera de lo que parece una consulta de medicina. Ella está sentada leyendo una revista. Viste de una manera muy elegante. Mira sistemáticamente el reloj. Entra él.

EL.- (Despistado no se ha dado cuenta de que ella está allí). Buenas tardes… (termina de pronunciar la frase y se da cuenta de su presencia) Pero…, pero ¿Qué haces tú aquí?

ELLA.- (Sobresaltada y sorprendida). Esperando (se levanta y le da dos besos). A la última persona que esperaba encontrar aquí sería a ti.

EL.- ¡Vaya una casualidad!

ELLA.- Cielo, ya sabes que no creo en las casualidades (se sientan uno al lado del otro). ¿Y que? ¿Qué te trae por aquí? No me dirás que vienes a solucionar tus viernes.

EL.- No exactamente, los viernes y algo más

ELLA.- ¿Los lunes quizás?

EL.- (Riendo) No, no… No tengo problemas con los lunes ni con ningún otro día de la semana.

ELLA.- No se si sabrás que hoy también es viernes.

EL.- Pues será raro entonces… ¿Qué me cuentas?

ELLA.- Poca cosa, mi vida transcurre plácida, sin sobresaltos…

EL.- Previsible…

ELLA.- Sin sobresaltos.

EL.- Ya… Te veo guapísima

ELLA.- Muchas gracias, tú tampoco estás mal. Se ve que el tiempo te ha tratado con cortesía.

EL.- Bueno, tampoco ha pasado tanto tiempo

ELLA.- Lo suficiente

EL.- No para salir arrugas ni peinar canas

ELLA.- El tiempo no se mide por las arrugas sino por la capacidad para el olvido.

EL.- ¿Y ha sido suficiente para tu olvido?

ELLA.- Ha sido suficiente para no recordar.

EL.- Veo que el tiempo te ha hecho mucho más profunda. O eso o tienes memoria de pez o te estás haciendo mayor.

ELLA.- ¿Me ves mayor?

EL.- Te veo estupenda

ELLA.- Tu siempre me ves estupenda, no es una opinión objetiva

EL.- Alégrate, el día que no te vea así es que ha pasado demasiado tiempo…

(Ambos cogen una revista de la mesa y se establece un pequeño silencio)

EL.- Estas revistas siempre dicen lo mimo y de las misma gente, ¿no te parece?

ELLA.- Es una forma de pasar el rato

EL.- Es una forma de no pensar

ELLA.- Pues querido, para algunos individuos debería ser obligatoria su lectura y que dejaran de pensar, o por lo menos de creer que piensan. Están mucho más guapos entretenidos con una de estas revistas que pensando alegremente por ahí.

EL.- Los pensamientos son muy importantes…

ELLA.- Los pensamientos son muy peligrosos. Hay pensamientos que se escapan por la boca y producen auténticas catástrofes. Tu mismo, cuando te pones a pensar eres peligrosísimo. Nunca sabes por donde te va a salir el pensamiento y, por propia experiencia, siempre han salido por el lugar equivocado.

EL.- Pues muchas gracias, ya veo que el tiempo no te ha quitado el aire a pécora Channel que siempre te ha caracterizado.

ELLA.- No te enfades cielito, ya sabes que tú no debes de pensar demasiado porque puedes provocar movimientos impredecibles e incontrolables. Pero sabes que te quiero mucho y que, algunas veces, hasta te echo de menos.

EL.- La verdad es que en el fondo eres un encanto, menos mal que yo solo no debo pensar… tu simplemente no piensas.

martes, 15 de julio de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO II (Continuación y 5)

EL.- (Mirándola fijamente)… ¿Qué tal si quedamos mañana a comer y nos ponemos al día?.... Bueno…., sí…., sí claro…., lo entiendo…, no te preocupes…, te llamo mañana… besitos anda…

ELLA.- ¿Todo bien?

EL.- Sí todo bien…, todo como debe de estar… no hará falta que sigamos hablando de la hipoteca, ¿no?

ELLA.- No, no creo que sea necesario. Ya no tiene remedio, el banco no te va a devolver el dinero y tú no vas a regresar a tu trabajo. ¿Me equivoco?

EL.- En lo del trabajo, no. En lo del banco, no se. Igual si hablas con el director…

ELLA.- Creo que no sería buena idea, de todas maneras el piso está casi pagado. Dos meses más y se podrá vender.., con la especulación habremos casi duplicado lo que invertimos.

EL.- Que suerte, ¿verdad? Ahora podamos hacer cuentas con el valor de un piso que ha casi duplicado su precio. Es genial vivir en un país donde tener una casa te hace ser un privilegiado, un miembro elegido del selecto club de los propietarios, aunque para ello tengas que vender tu alma por un sueldo e hipotecar tu vida como hipotecas tu casa. Al final pagas el doble por el mismo espacio…

(Se hace un incómodo silencio. Ella va hacia el tocador y se atusa el pelo)

ELLA.- Es curioso que hoy también sea viernes, ¿verdad?

EL.- Sí, muy curioso…, pero tranquila que hoy no es viernes de suicidio…

ELLA.- No, hoy no es viernes de suicido. Eso está claro. Hoy es viernes de abandono.



FIN DEL II ACTO

sábado, 12 de julio de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO II (Continuación y 4)

EL.- (Entusiasmado) ¡Pero yo sí! Pensaré por ti, por los dos…, verás, no es el fin del mundo…, tenemos algo ahorrado
ELLA.- (Vencida). No, no tenemos nada ahorrado…, lo que había se lo ha comido la hipoteca…

EL.- ¿Cómo que se lo ha comido la hipoteca? ¿No nos queda nada?

ELLA.- Nada

EL.- Pero, pero…

ELLA.- Lo que había lo utilicé para ir quitándonos letras y estar menos tiempo pagando al banco

EL.- (Irónico) ¡Perfecto! Podremos comernos las paredes por la base porque (gritando) ¡hemos pagado la hipoteca al banco antes de tiempo!… gracias cariño por ser tan previsora, nunca pensé que estaría tan contento de haber pagado mis deudas…

Suena el móvil y lo coge ella

ELLA.- (Cambia de tono y de actitud radicalmente) Hola cariño, en este momento estaba pensando en ti…, no no, todo bien, un poco cansada quizás, ya sabes, el negocio mortuorio es agotador y muy rentable.., la gente, que tiene esa terrible manía de morirse…, por cierto amor, las niñas tienen que ir a la revisión del dentista, como seguro que estarás muy ocupado si quieres me acerco con ellas esta semana…, no no, no es molestia, son mis hijas…, sois mi familia y aunque no estemos bajo el mismo techo, no dejaréis nunca de serlo (El la mira con estupefacción como si viera que el mundo se le cae encima).., si si, todo perfectamente bien, ¿por qué lo preguntas?... bueno, nunca os he dejado de echar de menos, que nuestro matrimonio pasar por un bache

EL.- (Mirando hacia ella) ¿Pasando por un bache? ¿Pero tendrás rostro? (Coge el movil y llama)… Hola, ¿Qué tal?..., mucho tiempo sí pero hoy me he acordado de ti…, bueno, nunca es tarde…, sí, cuatro año…, ¡mujer! Lo importante es que estamos hablando y que, bueno, pues podemos quedar…

ELLA.- (Haciéndole un gesto para que baje la voz)… todos los matrimonios pasan por malos momentos y el nuestro ni iba a ser menos, esas cosas pasan…, como pasa todo…

EL.- (Mirándola y subiendo la voz)…, la verdad es que no he dejado de pensar en ti durante estos años…, ya, bueno, la verdad es que no he tenido mucho tiempo…, si, el pensamiento también lleva su tiempo…,

ELLA.- (Mirándole fijamente)… oye amor, que tal si hablamos mañana… ¿A comer? Por mí perfecto, mañana no tengo que ir por la empresa, llámame por la mañana y quedamos…, dales besos a las niñas y diles que mamá las quiere. Adiós amor, mañana nos vemos.

jueves, 10 de julio de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO II (Continuación y 3)


EL.- ¡Vale! Estás sarcástica y eso sí que te va a producir una úlcera
ELLA.- ¿Sarcástica yo? No, amor… ¡Cómo voy a estar sarcástica!.. ¡Estoy furiosa!

EL.- ¿Por qué? ¿Por qué he decidido cambiar? ¿Por qué quiero ser feliz y vendiendo sondas no lo soy?

ELLA.- ¡Y te crees que haciendo ofertas del entierro a mejor precio hace feliz a alguien! ¿Te has pensado que maquillar muertos es algo tan excepcional que conlleva la felicidad absoluta? O ¿te has pensado que estamos como buitres los lunes para ver si con los accidente de tráficos aumentamos las ganancias y eso nos pone contentos? ¿Crees que la muerte me hace feliz?

EL.- No es eso, pero es un trabajo…

ELLA.- (Fuera de si) ¿Y lo tuyo que era? ¿Una tarta de fresa?

EL.- Escúchame amor, se que ha sido difícil tomar la decisión de dejar a Antonio y ver a tus hijas fines de semana alternativos y 15 días en vacaciones, se que la vida que llevamos no es la que esperabas, no hay tantas comodidades, ya no hay viernes de suicidio…, ¿sabes que los echo de menos?

ELLA.- ¿Perdona? ¡Estás enfermo!

EL.- Era una manera de seducirte, de…

ELLA.- Pues hubiera preferido bombones o flores

EL.- Eso lo hace todo el mundo

ELLA.- ¡Y claro! Para ser diferente te atiborras de pastillas, consigues lo que quieres, me llevas al infierno de los transbordos y luego dejas tu trabajo para poner una prueba más grande al amor… ¡Pues si hombre! Poniendo fáciles las cosas…

EL.- Si he conseguido lo que quise fue porque tú te dejaste conseguir

ELLA.- Era viernes

EL.- ¿Y si hubiera sido un lunes?

ELLA.- No estaría haciendo transbordos…

EL.- ¿Y que día es hoy?

ELLA.- Hoy también es viernes…, eso es lo malo, que hoy también es viernes y en viernes yo no soy capaz de pensar con claridad

martes, 24 de junio de 2008

Las cosas buenas nunca tuvieron importancia

TU.- ¿Y dices que apenas sabes nada?
YO.- Casi nada
TU.- ¿Qué sabes?
YO.- Lo único que se es que lo que pensaba que era, ya no es. Que las apariencias engañan, que las palabras despistan…, solo se que se ha acabado una etapa y que el futuro tiene mejor pinta que el pasado
TU.- Y.., ¿ya?
YO.- ¡Ya!
TU.- ¿Y lo perdido?
YO.- Irrecuperable
TU.- Nada es irrecuperable
YO.- Esto, si.
TU.- Albergaba la esperanza de que pensaras de otra manera, que fueras capaz de frenar el olvido…,
YO.- No
TU.- Siempre se puede pensar de otra manera…
YO.- No, cuando los pensamientos no te llevan a ninguna parte
TU.- Es una lástima
YO.- La lástima es vivir en un error, no ver las cosas y a las personas como realmente son.
TU.- Aún así, es una lástima. En la balanza siempre hay más cosas buenas que malas
YO.- En esta balanza, las cosas buenas nunca tuvieron importancia

lunes, 23 de junio de 2008

sábado, 21 de junio de 2008

viernes, 20 de junio de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO II (continuación y 2)



EL.- ¿Dónde estás?

ELLA.- En el dormitorio

EL.- (Entrando en el dormitorio) amor, hoy he vendido mis últimas sondas…

ELLA.- ¡Que bien! ¿Ya has cubierto tu cuota de ventas? ¡Que rapidez!

EL.- (De da un beso en la boca y se va quitando la chaqueta y la corbata) No me has entendido. Hoy… he vendido… mis últimas… sondas… ¿a que es genial?

ELLA.- Te he entendido perfectamente, hoy has cubierto tu cuota de ventas y…

EL.- ¿Ves como o me has entendido? No es que haya cubierto mi cuota de ventas es que he vendido mis últimas sondas…, se acabaron los materiales quirúrgicos para hemorroides, próstatas averiadas y forúnculos recalcitrantes…, hoy he vendido mis últimas sondas nasogástricas…, hoy soy libre cariño y…

ELLA.- ¿Perdona?... me quieres decir que te han echado del trabajo…

EL.- Para nada cariño, nadie me ha echado del trabajo

ELLA.- (Respirando de alivio) ¡Menos mal! Menudo susto, por un momento creía que te habían echado…

EL.- No te asustes amor…, me he ido yo…

ELLA.- (Levantándose de la cama) ¿Qué has hecho que?

EL.- Que me he ido…, que no aguantaba más…, que no podía estar todo el día hablando de culos y penes…, que no, que necesitaba salir y respirar…

ELLA.- Pues será lo único que hagas porque es gratis…, ¿has pensado que vamos a hacer sin tu sueldo?

EL.- ¿Ya estamos otra vez con la liposucción?

ELLA.- No te equivoques cielo, con tu sueldo no podría quitarme la grasa ni de los tobillos…

EL.- Pues ni que fueras un elefante…, además ya sabes que no lo necesitas…

ELLA.- Que no lo necesito… ¡Cómo lo voy a necesitar si me paso el día trajinando! ¿Te has creído que ir en metro engorda? O has pensado que estar 8 horas de pié acumula grasas en los talones…

EL.- Pues eso que nos ahorramos.., si vas en metro no engordas…

ELLA.- Si voy en metro voy a terminar con una úlcera de duodeno y con una prótesis en la nariz

EL.- No exageres que no es para tanto…

ELLA.- (Enfurecida) ¡Que no es para tanto! ¡Que no es para tanto! ¿Tú sabes lo que es ir en metro en hora punta? ¿Sabes lo que significa entrar en el vagón levitando? ¡No pongo los pies en el suelo! ¡Me llevan entre hombros y caderas! (Chillando)¡Y encima tengo que soportar a la manada de mofetas que sistemáticamente se agarran a la barra de arriba expandiendo ese hedor a la 8 de la mañana! ¿Por qué tengo que aguantar la humanidad de esos gochos sucios y malolientes cada día?

EL.- Tranquila cariño, ya verás como no tendrás que soportarlos más…

ELLA.- Por supuesto, como has dejado tu trabajo ahora me tocará ir andando (subiendo el tono de voz) ¡porque no tendremos ni para el abono transporte!.., mira, igual consigo el cuerpo diez caminando 4 horas todos los días porque, te recuerdo, que la funeraria está a casi dos horas de casa…, y ya que nos ponemos, hasta es posible que pueda mejorar mi situación digestiva y (chillando) ¡desaparezca la úlcera que ya está apareciendo!

domingo, 15 de junio de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO II

Dormitorio. Ella se mira al espejo de la cómoda con ropa de estar por casa.

ELLA.- No tuve dinero para la liposucción…, ni tan siquiera para hacerme un miserable botox en la comisura de los labios…, elegí el viernes equivocado y aquí estoy, viendo como las patas de gallo invaden mis ojos… ahora voy en metro, compro en las rebajas, hago números para llegar a fin de mes y lo que es peor… ¡Trabajo!... pero ¡quien me mandaría a mí perseguir un sueño, una ilusión, una fantasía adolescente!... ¡dejar a Antonio por este vendedor de sondas para fístulas! Dejar la comodidad de la visa oro por la estrechez de la de débito sin fondos.., ¡que hago yo trabajando en una funeraria enseñando catálogos de féretros y maquillajes para difuntos!... (se toca la cara con desesperación) ¡Ellos sí que tienen mejor aspecto que yo!..., ¡Mírate que pinta! Raíces en el pelo, patas de gallo, arrugas en la frente y, para colmo, seguro que es viernes… ¡ese maldito día tiene la culpa de todo!... si no hubiera vuelto, si no me hubiera quedado, si no hubiera dejado que me besara…, si no hubiera permitido que no se intentara suicidar nunca más ahora estaría en mi chalet en las afueras, disfrutando de mis hijas y pensando en que otra operación rejuvenecedora podría hacerme…, ¡y aparentaría 10 años menos!...

Pero no, me quedé con él y elegí un mal viernes… aunque, pensándolo bien, los viernes de mi vida nunca fueron buenos… ¡y él tan feliz! Vendiendo sus materiales quirúrgicos, escribiendo sus novelas y guardándolas en la cajas del trastero… ¡Tres tiene!, tres malditas obras que jamás publicará, tres malditas obras que hablan siempre de lo mismo, de los sueños, de las ilusiones, de la magia…, ¡no hay magia en la estrechez por Dios! ¡No hay magia en ver envejecer a la persona que amas! ¡Eso no es más que una ordinariez barata, una canallada sin nombre!...

(Se sienta en la cama) Las mujeres somos así…, basta que veamos escapar a alguien que nos interesa para que corramos tras él sin pensar en las malditas consecuencias…, si después de aquel beso él no me hubiera dicho que su ex había vuelto a parecer, yo no me habría quedado aquella noche…, le odié por dejar que volviera y no podía permitir que se hiciera fuerte en su vida. Yo era la que tenía que decir la última palabra y vaya si la dije: alta y clara. Tan clara y tan alta que lo debieron de oír en Formigal… (Se echa una carcajada)…, menuda cara se le quedó al pobre Antonio cuando le dije que estaba harta de su dinero, de su color gris de vida y de su mediocridad… le dije, Antonio, necesito vivir de colores, entre sueños, entra la alegría de hacer magia y la esperanza de materializar ilusiones.., se que no entendía nada y se lo tuve que explicar…, Antonio, tu no te intentas suicidar como él y sus viernes son más provechosos.., ¿ves? Hoy es viernes y te estoy dejando… ¿Te das cuenta de que tus viernes son de mierda y los suyos son solo días raros?... ¡No lo entendía! No entendía la pequeña sutileza entre vivir y sobrevivir, y no me gusta tener que seguir explicando las cosas… Antonio, le dije, ¿que crees que puede necesitar una mujer para ser feliz? Y ¿saben lo que me contestó?... ¿Un bono especial para una clínica reparadora?.. ¡Pero cómo se puede decir eso a una mujer que está en lo mejor de su vida!... además, ¡como se puede vivir con una persona que cuando ve que estás deprimida sólo se le ocurre llevarte a ver un musical! ¡Cómo si un musical fuera una dosis de seroxat! No preguntaba, no hablaba, no quería profundizar, ver, sólo quería verme guapa y feliz…, se conformaba con los viernes de suicidio, el resto de la semana trabajaba en el hospital y su consulta y no tenia tiempo para nada, llegaba a casa, me daba un beso, besaba a las niñas y cenábamos viendo la tele… ¡Eso si! De pantalla plana y último modelo, pero sin hablar…, los viernes ya sabíamos el plan que le obligaba a ser padre y marido durante 24 horas y todo era perfecto…, los sábados comidas con su familia, los domingos con la mía y el lunes vuelta a repetir… (suspira) no se si aquello era lo perfecto sin hablar o esto que vivo es lo perfecto hablando, porque es esa la diferencia… si él me ve deprimida me lleva de turismo por Madrid, como si fuéramos extranjeros, cogemos la cámara, nos ponemos las zapatillas y recorremos el Palacio Real, la Puerta de Sol, el Prado…, nos vamos, como él dice, a ver pedrolos (se ríe)…, me hace reír con sus gansadas de guiri, me enseña la parte de la ciudad más triste y la hace alegre…, me dice que escribe una novela para remover conciencias y enseñar miradas nuevas…, me hace protagonista de una historia que no tiene liposucciones pero que no acumula grasas.., trabajo, voy en metro, compro en rebajas pero se que cada noche me acuesto con el hombre más mágico del mundo y se que no seremos ricos pero nunca seremos pobres (se oye el ruido de una puerta al cerrarse)

EL.- (Desde fuera de escena)… cariño, ya estoy en casa.., ¿a que no sabes que?

ELLA.- No cielo…, no se qué

viernes, 13 de junio de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO I (continuación y 4)

ELLA.- Pondría la mano en el fuego.

EL.- ¡Quizás! Cuando seguro que fue viernes fue el día de tu boda…

ELLA.- Cierto, viernes por la tarde… También fue un viernes cuando nos conocimos…

EL.- Y cuando nos enrollamos por primera vez…

ELLA.- Y cuando nos dejamos…

EL.- Parece que el viernes nos persigue.

ELLA.- Si, va a ser que es verdad que es un día raro…

EL.- ¡Y tan raro! Las cosas importantes nos pasan en viernes…,

ELLA.- Viernes fue también cuando me pediste que me casara contigo…

EL.- El mismo viernes que me dijiste que no…

ELLA.- Entiéndelo cariño, no tenías futuro, ni dinero, solo tenías sueños e ilusiones… Antonio tenía trabajo, futuro y su familia…

EL.- Sí, es más como la tuya.

ELLA.- No era que no te quisiera, de eso no se trataba, solo que no me veía haciendo horas extras para pagarme la liposucción…

EL.- No necesitas liposucción…

ELLA.- Dame tres años y no solo será una liposucción…, estiramiento, mamoplastia…, el pack completo…, no podía ser, sin más.

EL.- ¡Vaya! Nunca pensé que fuera la cirugía estética la razón de nuestra ruptura

ELLA.- Estas equivocado, no es la cirugía sino lo que cuesta.., se necesita dinero para estar guapa y joven…, no lo entenderías.

EL.- Pues entonces serás feliz porque te puedes permitir el pack completo.
ELLA.- Eso es una tontería, ser feliz es un estado peregrino y efímero.., te hacen felices momentos, personas y durante poco tiempo…, y sí, cuando necesite el pack y pueda pagarlo seré feliz.

EL.- Ya, igual llevas razón… pero pensar eso es desazonador

ELLA.- Es real, es lógico…, es más lógico que pensar que vivir con alguien que te hace soñar pero que te deja envejecer te va a hacer feliz…

EL.- Eso no lo sabes, no sabes si envejecer con alguien te va a hacer feliz.

ELLA.- Cielo, las arrugas nunca te hacen feliz.

EL.- Las arrugas no son más que la evidencia del paso del tiempo, de ese tiempo que has pasado con la persona que te ha hecho solar y ser feliz. Las arrugas son bellas.

ELLA.- ¡Si hombre! ¡Como Adolfo Domínguez!

EL.- A mi no me importará que te aparezcan arrugas.

ELLA.- Pero a mí si, y es por eso también por lo que no me casé contigo… ¡Es terrible pensar que haya alguien a quien no le importe verme vieja!

EL.- Pero tu belleza es interior

ELLA.- Déjate en paz de tonterías…, será todo lo interior que tú quieras pero casi prefiero sacarla al exterior y compartirla con el resto del mundo. Es un gesto solidario que no quiero perder.

EL.- Ya

ELLA.- Bueno cielo, reconozco que lo estoy pasando bien, que el celador me pone de aquellas maneras y que la conversación ha sido muy interesante, da gusto hablar contigo pero me tengo que ir.

EL.- ¡Pero si es viernes de suicidio!

ELLA.- Ya cariño, pero es uno de esos viernes que no procede tentar a la suerte…, es mejor que me vaya, créeme… (Se va poniendo el abrigo, coge el bolso, le da un beso en la mejilla)

EL.- ¿Por?

ELLA.- Porque si me quedo esa noche igual dentro de tres años no me puedo permitir el pack completo o ni tan siquiera la liposucción.

(Ella se dirige a la puerta de la habitación)

EL.- Lástima que tu felicidad dependa de tu grasa corporal…
ELLA.- Nadie dijo que la vida fuera justa…

EL.- Cierto.

ELLA.- ¿Te veo el viernes que viene?

EL.- Si claro, el próximo viernes nos vemos…

ELLA.- Perfecto, hasta el viernes entonces cariño (sale y cierra la puerta)

EL.- Hasta el próximo viernes

FIN DEL PRIMER ACTO

jueves, 12 de junio de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO I (continuación y 3)

ELLA.- ¿Yo? ¿Qué?

EL.- Pues que tú te enzarzas en discusiones sobre cosas que ya sabías, que mantienes en silencio cuando no hay viernes de sanatorio y que no quieres sacar a la luz. Os viene bien que me intente suicidar, os deja espacio para esconder vuestras mediocres vidas. ¡Menos mal que es en fin de semana! ¡Qué haríamos en días laborables! No podría ser, llevas tú razón, estamos demasiado ocupados en nuestra rutina de trabajo, con poco tiempo para pensar en lo que verdaderamente nos hace felices, así que nos viene bien que los viernes tengamos otra rutina para salir del paso…

ELLA.- ¿Me quieres decir que mi vida tiene sentido porque tu tienes ganas de morir los viernes?

EL.- Tu vida, no. Tu matrimonio sí.

ELLA.- ¡Acabáramos! Ahora resulta que mi matrimonio tiene sentido porque los viernes vengo a verte al hospital. Un poco jactancioso por tu parte, ¿no te parece?... Que sepas que estoy muy enamorada de Antonio…

EL.- ¡Pues claro! Por eso tienes fantasías sexuales hasta con Carmen de Mairena…

ELLA.- ¿Perdona? ¡Serás Cabrón!

EL.- ¡UY! ¿Te enfadas cariño? Pero ¿por qué?, no es tan malo tener fantasías aunque sea con la de Mairena…, bien vista tiene hasta su punto…, imagina que en vez de ser ella fuera tu suegra, eso sí que sería preocupante..

ELLA.- O que fueras tú, eso si que sería grave…

EL.- Conmigo tuviste algo más que fantasías…

ELLA.- Desde luego, contigo tuve pesadillas…

EL.- Pero fue porque te dejé…

ELLA.- No, guapo, las pesadillas fueron antes de dejarlo…, luego empecé a soñar… y no fuiste tú quien me dejó, fui yo quien te dejé por Antonio…

EL.- Pues claro, por eso tuvo que agachar la cabeza para no chocar los cuernos con el pórtico de la iglesia el día de vuestra boda…

ELLA.- Eso fue un desliz…

EL.- ¡Sí mujer!, un desliz que duró lo que tardaron en hacerte el vestido de novia y fue más de dos mes porque a la niña no le gustaban los cambios… o le gustaba demasiado el probador de la tienda…

ELLA.- (de repente se ríe) ¿Te acuerdas de aquel día en que la modista entró sin avisar y nos pilló casi en mitad del polvo?

EL.- (riéndose también) ¡Claro que me acuerdo! ¡Como olvidarme! Parece que sigo viendo su cara cuando me di la vuelta de un salto mientras tu te abrochabas la blusa, y no se me ocurrió otra cosa que decirle que te estaba tomando medidas para el sujetador (pone las manos con las palmas hacia fuera como si simulara coger una naranja).

ELLA.- ¡Qué cara puso!... Creo que ese día también fue viernes…

EL.- ¿Seguro?

lunes, 9 de junio de 2008

Los Viernes son un día raro

ACTO I (continuación y 2)

EL.- ¿Me quieres decir que vuestros fines de semana están diseñados en función de mis visitas al sanatorio? ¿Qué todos vosotros dedicáis vuestros viernes, sábados y domingos a estar conmigo en mis repentinos ataques de pánico existencial?

ELLA.- Bueno, se podría decir así pero no te confundas, no son repentinos, ya te he dicho que son todos los viernes…

EL.- ¿Y si no fueran los viernes? ¿Y si fueran los lunes o los miércoles?

ELLA.- Imposible cielo, esos días estamos todos muy ocupados. Ten en cuenta que trabajamos, llegamos tardísimo a casa.., incluso tú no tienes tiempo para estas cosas.

EL- Es increíble lo que estoy oyendo, ¿y que pasa entonces cuando no me entra el pánico?

ELLA.- Déjame que piense… ¿Cuándo fue el último viernes que no te suicidaste?

EL.- Ningún viernes me he suicidado, en todo caso me he intentado…, da igual, creo que el pasado.

ELLA.- No, el pasado te tomaste casi un litro de desinfectante… que ya te vale la peste a lejía que dejaste en tu casa y en la ambulancia

EL.- Pues el anterior

ELLA.- Tampoco, no tienes memoria, el anterior tuviste una sobredosis de biagra y casi te mueres del empalme, ¡tres días te duró! Ahí si que me preocupé, que yo recuerde, nunca necesitaste pastillitas para… bueno da igual.., quizás el anterior…, si, el anterior no tuvimos que venir

EL.- Cierto, fue el fin de semana que tuve que ir a un Congreso sobre sondas para fístulas en Colonia… ¿Y?

ELLA.- ¿Y? ¿Qué?

EL.- ¿Que qué pasó? ¿Qué va a ser?

ELLA.- Déjame pensar…, fue hace tres viernes.., ya recuerdo.., fueron unos días para olvidar.., Ana lo dejó con Ricardo.., no se qué de no sentirse ella misma…, Félix tuvo el accidente con la bici, claro, como nunca sale en bici pues casi se deja os dientes en el camino.., a tu portero casi le echan porque le vieron abriendo tu puerta cuando tu no estabas, al pobre se le olvidó que te habías marchado de viaje…

EL.- ¿Y a Antonio y a ti?

ELLA.- Tuvimos una bronca terrible por culpa de su madre.., siempre metiéndose donde no le llaman.., que si no tenemos horarios decentes para comidas y cenas…, que si cada uno hace lo que le da la gana en esa casa…

EL.- Pero siempre lo hace…, desde el primer día…

ELLA.- Pues ya ves tú que ese viernes tuvimos que darnos cuenta de lo bruja que es la suegra…

EL.- Ese viernes, el viernes que no estoy en el sanatorio…

ELLA.- Coincidencia…

EL.- ¿Habéis vuelto a discutir?

ELLA.- No

EL.- ¿Y Ana?

ELLA.- Volvió con Ricardo

EL.- Ya, se sentía ella misma otra vez, ¿no?... a Julián es obvio que no le echaron porque le veo todos los días y ¿Félix?

ELLA.- Pues se curó de las heridas y dejó la bici en el trastero, no creo que vuelva a montar…

EL.- No, mientras tenga que sustituirte los sábados…

ELLA.- ¿Adonde quieres llegar?

EL.- Pues que a todos os viene muy bien que se me quiten las ganas de vivir los viernes, os ocupa el tiempo muerto y dejáis vuestras miserias aparcadas. Ana deja de plantearse si es o no ella mismo con Ricardo, curiosamente no se da cuenta mientras sepa que los domingos me tiene que llevar a casa.., Félix se olvida de tener que rellenar con hobbies que no tiene el tiempo que no trabaja y, claro, evita accidentes indeseables…, de Julián no digo nada porque lo de sus viernes no es más que tus órdenes para que no sea el último viernes sino otro más… ¿Y tu?

jueves, 5 de junio de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO I (continuación)

EL.- Muy graciosa, eres muy graciosa…, no tienes ni pizca de sensibilidad…, te crees que haciendo chistes lo solucionas todo, arreglas el mundo…, te has pensado que haciendo gracias hirientes la gente va a olvidar sus pesares y no te das cuenta de lo equivocada que estás…

ELLA.- Chico, que locuacidad…, como se nota que estás mejor…

EL.- No quiero más que morirme…

ELLA.- Como todos los viernes…, podrían ser los lunes, que no hay duda que son malos, o los domingos que tampoco es que se lleven el premio al mejor día de la semana…, pero no, son los viernes…

EL.- Eso no es cierto., lo viernes no son los días en los que quiero morirme…

ELLA.- Pero son en los que intentas matarte…

EL.- Yo no intentaba matarme…

ELLA.- Pues dime tú como se le llama a tomar 20 rivotriles…

EL.- Solo quería dormir…

ELLA.- ¿Con 20 rivotriles? ¡Pues sí que tienes tú el sueño ligero, amor!

EL.- Me tomé uno y no conciliaba el sueño…

ELLA.- Y claro, para ver si te dormías te tomaste los 19 restantes de un golpe…, desde luego dormido estabas, casi no te despiertas…

EL.- Pero me desperté y aquí sigo.

ELLA.- Viéndote la cara no se si darte la enhorabuena o acompañarte en el sentimiento.

EL.- ¡Vete a la mierda guapa!

ELLA.- No te enfades hombre, en siete días lo vuelves a intentar y ya está, igual tienes suerte y esa vez hasta lo consigues. El que la sigue…

EL.- El viernes que viene no haré nada de eso…, el viernes que viene me iré de viaje lejos de aquí y de tus sarcasmos…

ELLA.- No seas egoísta cariño, que aquí lo tenemos todo controlado. Mira, yo el viernes por la tarde lo tengo reservado para venir a visitarte, Antonio sabe que se tiene que quedar en casa con las nenas y darles de cenar, Julián, tu portero, tienen claro que entre las cuatro y media y las cinco tiene que subir a tu piso y darte la carta que previamente ha guardado para tener la excusa de subir a tu piso, Félix sabe que el sábado tiene que venir a sustituirme y Ana reserva el domingo para acompañarte a casa… Si te vas tendremos que cambiar todos nuestros planes.

lunes, 19 de mayo de 2008

- Voz en off: En muchas ocasiones las imágenes se quedan cortas ante la magnitud de los acontecimientos, pero es la única manera de significar la realidad. Los hechos y personas terminan por perderse entre la bruma de la memoria, perdemos recuerdos y ganamos fantasías. Es una realidad que se nos escapa y que deseamos retener..., por eso no agarramos a las imágenes, vemos esos momentos congelados y volvemos a revivirlos sin temor a la fragilidad de la memoria. Esto no ha sido un sueño aunque haya a quien le hubiera gustado soñarlo.


lunes, 5 de mayo de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO I

Habitación de un sanatorio. Un hombre dormita en la cama. Entra una mujer


ELLA. - Hola cielo, tienes una habitación muy bonita (se acerca y le besa en la cara)…, tiene mucha luz, es amplia y lo mejor, estas solito.

EL.- Si, no está mal.

ELLA.- Si es que lo peor cuando se tiene que estar ingresado es tener que compartir la habitación con otra persona.., es un asco, un incordio tener que soportar efluvios y ronquidos ajenos.., y para colmo la familia, esas visitas interminables de todos los miembros de la manada que acuden a ver si se muere o no el enfermo…

EL.- Mujer, no siempre es así…

ELLA.- Llevas razón, hay veces que solo vienen dos en representación familiar para ver si se muere o no.., y es casi mejor porque por lo menos no montan follones…, que si te acuerdas del tío Rafa cuando se tuvo que operar de la próstata, tenía el pene como la trompa de un elefante, nunca se vio en otra.., que si la habitación de la prima Justa cuando abortó era más grande, un despilfarro porque solo la iba a utilizar una y sobrara sitio por todos lados…, que no que no, que no hay que aguantar batallitas familiares ajenas, bastantes tenemos con las propias…

EL.- Quizás pero hay veces en que tener a alguien al lado te permite compartir y desahogarte…

ELLA.- Pues hijo no se que vas a compartir en un sitio como este, a no ser que veas divertido juntar los brazos para ver quien tiene puesta mejor la vía…, ¡o mira! también podéis competir en cual de los dos tiene la sonda nasointestinal más mona…

EL.- De verdad, no se como puedes hacer chistes con esas situaciones… ¿tú no te das cuenta que en los sanatorios hay gente enferma y que eso no hace ninguna gracia?

ELLA.- Tampoco hace ninguna gracia ver como alguien se cae en medio de la calle y nadie deja de reírse, de hecho hay muchos programas de televisión que se dedican a eso y con mucho éxito por cierto…, si te caes en tu propia tarta de boda, rompiéndote la nariz, porque te has resbalado con los zapatos nuevos, esos que nunca jamás te vas a volver a poner, es algo que aumenta la audiencia de manera exponencial…, o cuando en esas fiestas patronales de pueblos casi olvidados, la chica de la orquesta se lía con los cables del micro por querer animar a la gente a bailar “Paquito el chocolatero” y cae desde el escenario, si no se deja la pierna en otro sitio que no sea el suelo, se ríe hasta el párroco de la iglesia…, no seas hipócrita, el humor es una estupenda medicina para las situaciones que no tienen gracia…, por cierto, hablando de no tener gracia, veo que sigues vivo.., como todos los viernes