viernes, 20 de julio de 2012

¿Pero quién c...o ha votado a esta gente?


Después de las multitudinarias manifestaciones del 19J, de ver que millones de españoles (ojo, contabilizo toda España aunque en Madrid ya éramos el millón) se echaban a la calle en contra de unos recortes que dejarán a nuestro país en pelotas de derechos y libertades, me asaltaba una pregunta que creo se hacen muchas personas. ¿Pero quién coño ha votado a esta gente?

Con los datos en la mano, pura estadística perversa, lo ha hecho el 44,62% de total de votantes, que no de electores. Me explico. El censo electoral, esto es, el total de españoles con derechos a voto residentes o no en España, es de aproximadamente 35.5 millones (fuente del INE). El PP, logró casi 11 millones, lo que significa apenas el 30% del total. El por qué tiene esa aplastante mayoría absoluta que usa con total desprecio de las instituciones democráticas, tiene que ver con el sistema de distribución del voto de un matemático llamado Víctor D’Hont (se podía haber metido su puta regla más allá de los límites del según que partes del cuerpo). Básicamente, esta ley viene a distribuir los escaños entre los partidos que hayan sacado más del 3% de apoyos (lo único que se mide con el censo real) y se ordena de mayor a menor los votos obtenidos, dividiendo consecutivamente entre 1 y el número de escaños de cada circunscripción para ir realizando la proporción. Un lío. Con lo que se puede dar, y se da la circunstancia, que en distritos como Cataluña un partido saque más escaños que otro con el mismo número de votos. Curioso, ¿no?

Pero siendo esto como poco discutible, no es la cantidad de personas que les han votado, sino la “calidad” de las mismas.

Me apasiona la historia, no solo porque lo apasionante de las edades pasadas, sino porque te permite hacer una radiografía rápida del país en el que vives. España, y los españoles, hemos sido históricamente un país de zoquetes, pese a que siempre ha habido excepciones que confirman la regla. Y en un país de zoquetes, léase aquellos que no piensan y ni ganas tienen de hacerlo, suele ocurrir “zoquetadas” de las que con tanta profusión salpican la historia de España. Para que nos hagamos una idea. En toda la historia de nuestro país, solo ha habido tres momentos en los que hubo un intento más o menos serio por dar al pueblo herramientas para pensar, léase, cultura y educación: Carlos III (siempre dentro de las limitaciones del propio contexto histórico), la II República (ya se encargaron los de siempre de que no prosperara) y las primeras legislaturas del PSOE (por aquello de la educación pública y el impulso a la cultura). Fuera de estos tres momentos. Nada. Monarquías absolutas, despotismo ilustrado, dictaduras y mayoría absolutas de corte dictatorial. Sistemas de gobierno para beneficio de unos pocos en detrimento de la mayoría.

¿Y ahora? Pues ahora, después de años de educación pasada por las faldas de la Iglesia, por los programas infames de la tele y por el desprecio sistemático a la cultura, la España de hoy, como siempre salvo honradas excepciones, es en un 30% votante del PP. Son personas que ven bien, y hasta aplauden, que a personas de otra nacionalidad, sin cumplir los trámites burocráticos de residencia, se les retire, pongamos por caso, el tratamiento oncológico y se les deje morir. Son aquellas que se informan por el Marca, el AS o, esto me lo enviaron hace poco como fuente fidedigna de información, La Reina de Corazones (SIC), y piensan que están informados de lo que verdaderamente preocupa a un país. Son aquellas que siguen viendo el maltrato animal, léase las corridas de toros, como parte de nuestro acervo cultural, se enorgullecen de la tortura y lo venden como tradición de rancio abolengo. Aquellas que piensan que cualquiera puede ser periodista o actor a poco que salgan pegando aullidos en televisión y acostándose con los más “granado” de la sociedad. Son en definitiva, las que acuden golpe de pecho en ristre, a jalear al Papa de Roma mientras juzgan, maltratan, odian, excluyen, castigan y reprochan al resto de la sociedad que no es “como Dios manda”. Son el 30% de la sociedad que con sus votos van jodiendo al 70% restante gracias a un sistema electoral injusto, ineficaz y perverso.

¿Quién coño ha votado a esta gente? Pues estos han votado a esta gente. Y lo más paradójico de todo es que la mayoría de ellos no se van a beneficiar de las medidas que adoptan sus líderes porque, en resumidas cuentas, a sus líderes lo que les importa de ellos es su voto.