jueves, 31 de julio de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO III (Continuación y 2)

ELLA.- ¿Ya empezamos?

EL.- Nada más lejos de mi intención… Retomemos cariño nuestra conversación antes de las dagas… ¿Te parece?

ELLA.- Me parece… ¿Y bien?

EL.- Y bien ¿Qué?

ELLA.- ¿Qué que tal estás? ¿Qué que haces? ¿Cómo te va la vida? Ya sabes, esas cosas que se dice la gente que se quiere cuando lleva tiempo sin verse

EL.- Bueno, estoy razonablemente bien. No me quejo. Tengo una vida que me gusta, los sobresaltos justos…

ELLA.- ¿Y de amores?

EL.- Razonablemente bien…

ELLA.- (Con sarcasmo) Pues que razonable que es todo, ¿no? Me alegro mucho de que todo sea tan razonable, imagino que estarás aquí por un motivo razonable…

EL.- Muy razonable

ELLA.- Por los viernes

EL.- Los viernes nunca han sido muy razonables

ELLA.- Lo que demuestra que no estás aquí por los viernes

EL.- NO querrás saber por qué estoy aquí, ¿verdad?

ELLA.- (Con desdén) No especialmente, es por conversar sobre algo

EL.- Bueno, si es por eso podemos hablar de lo que quieras.., de ti por ejemplo.

ELLA.- Sería una conversación breve.

EL.- Prueba

ELLA.- (Suspirando de pereza) Ya te he dicho que mi vida es tranquila, no me altero, veo crecer a mis hijas, con mi matrimonio… Disfruto con lo que tengo, ya sabes, esas pequeñas cosas que te hacen no ser desgraciada…

EL.- Si, me hago una idea. La ropa de marca, el pack completo con liposucción, los viajes extravagantes, las fiestas de postín, la caridad de galería, los fines de semana en la aldea y las cenas de los jueves con lo más granado de la medicina y la política. Eso es previsible. ¿Alguna cosa más que sea interesante?

ELLA.- (Comenzando a estar furiosa) ¿No se que cosa puede ser para ti interesante?

EL.- No se algo como que te hayas apuntado a una escuela de arte dramático o colabores con una ONG de estas que no evaden fondos… ¡Que se yo! Algo fuera de lo normal.

ELLA.- Pues tendrás que definir normal

EL.- Todo aquello que no es previsible

ELLA.- ¿Estudiar arte dramático no es algo normal?

EL.- (Se queda pensando) ¿En ti? No

ELLA.- (Entre irónica y enfadada) ¿Perdona? ¿Y me puedes decir por qué no es normal en mí estudiar arte dramático?

EL.- Pues porque es como decirle a un muerto que estudie para ser muerto. Ya está muerto, no hace falta que estudie para serlo.

ELLA.- ¡Se acabó! No consiento que me insultes, no te voy a permitir que me digas esas barbaridades. ¿Quién te has creído que eres? Tú que nada de lo que has hecho en esta vida ha tenido ni el más mínimo atisbo de éxito. Tú, que por una vez que me tuviste a tu lado no se te ocurrió otra cosa que dejar el trabajo para ser un inútil de salón. Tú que eres un pedazo de pesadilla despierta ¿te crees con el derecho a censurar mi vida?

EL.- No te alteres querida, solo te he dicho que tu vida es previsible. Y tener una vida previsible no es malo, millones de personas buscan ese tipo de existencia y tú la tienes. Eres afortunada.., además, es tan previsible y deseable tu vida que por no tener no tienes ni los viernes de suicidio.

ELLA.- ¿Y te crees que los necesito?

EL.- Dime si no por qué estás aquí…

ELLA.- De las cuarenta y nueve cosas que no te importan, esta es una de ellas.

EL.- Por los viernes

ELLA.- Eso te gustaría a ti, que estuviera aquí por los viernes.

EL.- Por lo menos te quedaría algo de magia