domingo, 3 de agosto de 2008

Los viernes son un día raro

ACTO III (continuación y 3)

ELLA.- Ya salió el místico y su magia. Magia, magia, magia…, ¿qué es la magia? Un truco, un simple truco para difuminarnos la realidad, lo verdaderamente importante.

EL.- ¿Y que es lo verdaderamente importante? ¿Una liposucción? ¿Las tierras de tu familia? ¿Una adecuada posición social acorde con los dos quilómetros de apellidos de tu marido?

ELLA.- Lo verdaderamente importante es lo que te hace feliz

EL.- ¿Y a ti? ¿Qué te hace feliz?

ELLA.- (Tomándose su tiempo) Pues las cosas sencillas

EL.- Déjame pensar… ¿Quizás ser consciente que no tienes arrugas ni en la falda? O, mejor aún, que has sido capaz de erradicar tus fantasías sexuales con Carmen la de Mairena…

ELLA.- Eres un cínico y un imbécil…, piensas que solo me hace feliz lo superficial porque piensas que soy superficial. Yo pienso que solo te preocupa lo que me preocupe porque no tienes nada en que preocuparte… y nada te hace feliz.

EL.- A mí me hacen feliz muchas cosas…

ELLA.- Claro, los viernes de suicidio, atiborrarte a pastillas y pensar que tus actos nos solucionan la vida…, o mejor, dejando tú trabajo para perseguir un sueño absurdo… a ti te hace feliz llevar al límite a los demás, ver hasta donde pueden llegar y pensar que eres el hacedor de sus felicidades. ¡Y no eres feliz porque nada de lo que haces conlleva la felicidad!

(Silencio)

EL.- Veo que no has cambiado

ELLA.- Eso es lo que te gustaría, que fuera la misma persona

EL.- Eres la misma persona

ELLA.- ¡Ja!

EL.- Te lo voy a demostrar… ¿Qué hiciste ayer?

ELLA.- ¡Que tendrá que ver lo que hice ayer!

EL.- ¿Quieres que te lo diga yo?

ELLA.- Lo tuyo es increíble. Pero veamos hasta donde crees conocerme, hasta donde llega tu ignorancia.

No hay comentarios: